viernes, 28 de noviembre de 2008

jueves, 27 de noviembre de 2008

Entrevista a CLEMENCIA CALERO

¿Qué es para usted la poesía?

La poesía para mi es la forma de expresar con palabras los sentimientos, vivencias, fracasos, inconformidades y en fin todo lo que significa vivir en esta época de retos y grandes cambios.
¿Cuándo empezó a escribir? ¿por qué?

Empecé a escribir desde muy joven. Al casarme y luego con la llegada de los hijos dejé de hacerlo por un periódo largo. Cuando me separé volví a la escritura, concentrándome más que todo en una poesía triste y nostálgica. También con los poemas vinieron las canciones de despecho y protesta.

¿Cómo definiría a su poesía?

Mi poesía es sencilla y concreta, son versos muy ligados a mi sentir y la forma de ver las cosas.

¿Qué autores influyeron en su poética?

El primer poeta que influyó en mi deseo de escribir fue Gustavo Adolfo Becquer. Un hermoso libro de sus rimas y poemas me fue regalado al cumplir catorce años. infortunadamente unos años después desapareció. En los últimos tiempos la poesía de Matilde Espinosa, gran poeta colombiana fallecida este año, me sirvió grandemente para definir que era lo que me gustaba escribir; ella fue mi maestra y mi guía.

¿Cuál es el fin que le gustaría lograr con su poética?

El fin que deseo lograr con mi poesía es dejar en los que la leen un mensaje y que si hay alguien que escribe o desee hacerlo aportarle una pequeña enseñanza.

¿Qué poema elegiría usted si tiene que optar por uno en especial? ¿Por qué?

Es muy difícil escoger un poema en especial y no necesariamente porque considere que son muy buenos. Tal vez escogería el poema COMO UNA HOJA, porque expresa claramente un sentimiento muy profundo de mi ser.

¿Cómo ha cambiado su lenguaje poético a lo largo de los años?

Pienso que la esencia de mis poemas es el mismo, lo que ha cambiado es el lenguaje porque hay mayor conocimiento del mismo.

¿Para usted se nace o se hace escritor?

Siempre he oído decir que se nace escritor, y estoy de acuerdo en que tiene que existir algo que permita utilizar la palabra para poder expresar lo que considero que existe en todos los seres humanos. En otro aspecto también se puede hacer un escritor cuando es alguien que a través del conocimiento escribe maravillosos textos referentes a su profesión u oficio.

¿Qué consejos le daría a un joven escritor/escritora que se inicia en este bello camino de la PALABRA?

Le diría que lea mucho, que escriba lo que les nazca en el momento sin detenerse, después se hacen las correcciones del caso si es necesario. Si tuviera que recomendar un libro de poesía, prosa, cuento, novela etc

¿Cuáles recomendaría?

Prefiero no recomendar libros, considero mucho más enriquecedor leer prácticamente todo lo que pase por delante y después empezar a seleccionar las lecturas que más nos gusten y los escritores con quienes más nos identifiquemos.¿Qué opina de las nuevas formas de difusión de la palabra, ya sea en páginas de Internet, foros literarios cibernéticos, revistas virtuales, ñusleter, blogs etc?
Pienso que la cibernética ha facilitado en gran medida la difusión de la poesía, además con la posibilidad de escoger lo que se quiere leer sin tener que comprar un libro de inmediato, prácticamente a ciegas. Así como aporta estos beneficios a la poesía, también y en otras áreas esta causando estragos, pero bueno esa no es la pregunta. Con respecto a esta última pregunta utilizo mucho la Internet para intercambiar ideas con poetas y escritores de otros países de los cuales si no fuera por este medio me sería imposible saber. Por lo tanto encuentro de gran utilidad estas formas de comunicación y conocimiento.


CLEMENCIA CALERO
posted by Gustavo Tisocco at
7:55 PM
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EL ÁNGEL DE MADERA

Quizá por mi visión de niña
el ángel de la soledad
fue uno de los personajes de mis sueños.

De origen desconocido
con alas doradas y túnica azul
navega en mi recuerdo:
me abstrae y me lleva
a un sitio de clamor
y olvido.

La obstinación de las imágenes
es aliada de ese mundo etéreo
en donde todo fluye y nos
sumerge en un clima de ausencia.

La imaginación desata
las esferas que cambian las rutas
confundiéndolas con nuestra
propia imagen..



Este poema fue escrito por la gran poeta colombiana Matilde Espinosa, a ella me unió la poesía y el hecho de ser su sobrina, Me imagino que alla de este planeta debe estar encantando al Angel de Madera con sus versos y sus historias

miércoles, 26 de noviembre de 2008

Nunca digas

Nunca digas

No, nunca digas que un poeta ha muerto,

di que ha comenzado a brillar como nunca en sus versos.

Di que flota su pluma en los poemas

No, nunca digasse ha marchado un poeta,

no, no es verdad,

las musas lo mecen entre ángeles

y sus violines resuenan

en los versos que ha escrito.

Nunca digas, jamás digas:

nos ha dejado un poeta,

no es verdad,vibra en sus versos,vuelan

como mariposas alegres en el cielo blanco del papel.

No, nunca más digas ha muerto un poeta.

Stella Maris Taboro

martes, 25 de noviembre de 2008

Una Hoja

Como una hoja
Llevada por el viento
pierdo el camino.

De piedra en piedra
me escondo entre la yerba
antes de que el torrente
envuelva mi frágil esperanza

Igual que una hoja
tostada por el sol
espero que alguien
me esconda
entre las páginas de un libro.

EQUIVOCO

"En la historia de Evaristo podemos ver como al persistir en lograr un amor imposible podemos encontrar el fin de la vida, sin saber por qué".

Por las noches, Evaristo se plantaba en la esquina de la casa de Zoila, con la ilusión de verla. Muchas veces le había hablado de sus sentimientos pero la muchacha le contestaba lo mismo: “Oye no insistas, nunca te voy a querer”.
Quizá algún día se haga el milagro, pensaba.
Caminaba de un lado a otro, prendía un cigarrillo y a veces se tomaba un aguardiente para calmar la ansiedad. En las noches sin luna solo se veían las sombras de los árboles, ni grillos, ni sapos y cigarras dejaban oír sus voces; y hasta los perros acallaban sus ladridos, acompañando con su silencio al infeliz enamorado.
Los gallos iniciaban sus cantos desde muy temprano. Evaristo llegó a conocer el metal de sus voces y las veces que cada uno lanzaba su kikiriki al aire. Era su distracción hasta la llegada del alba, cuando se alejaba temeroso de ser descubierto. Con el tiempo disfrutaba de las visitas, haciendo de ellas una agradable rutina; ya ni siquiera esperaba la salida de la joven, simplemente fue creando un mundo propio con los sonidos, las sombras, y los cantos del lugar.
Lo que nadie sabía era que la joven estaba enamorada de Rogelio. Todas las noches se escapaba a su encuentro saltando el muro del patio trasero, y corría por los matorrales que se extendían hasta un riachuelo cercano. Bajo la sombra de un árbol daban rienda suelta a su pasión, hasta que extenuados, se quedaban dormidos. Este descanso se interrumpía con el primer canto del gallo; era como un reloj animado que les señalaba la hora de empezar de nuevo. El aire se llenaba con sus gemidos y la luna cómplice iluminaba la escena, convirtiéndola en una sensual danza en blanco y negro.
Una noche Zoila no volvió a salir al encuentro del amor. Rogelio fue por unos días hasta el momento en que acepto que no la volvería ver.
“La negrita es muy linda pero no tanto como para exponerme a un desagradable tropiezo con el ogro de su papá”.
Mientras tanto, Evaristo seguía haciendo sus rondas nocturnas. No quería percatarse del profundo desdén que la muchacha sentía. La ilusión de conquistarla, lo mantenía firme en su propósito.
Cuatro meses habían transcurrido desde la última cita de los amante
Esa noche, como las demás, Evaristo esperaba lo que nunca iba a llegar. De pronto empezó a oír gritos que salían de la casa. Inquieto fue acercándose hasta la puerta; de golpe esta se abrió haciendo saltar los goznes por el impulso. Lo primero que vio fue al padre transfigurado por la ira y tras él a la madre tratando de detenerlo; detrás Zoila sollozaba aterrorizada. Llevaba puesta una bata que se levantaba varios centímetros sobre su vientre.
El enloquecido hombre se abalanzó sobre el muchacho:
!Deshonraste a mi hija maldito, pero te juro que no vivirás para reírte de mi vergüenza!
Acto seguido descargó sobre su pecho el machete, con todo el odio que lo animaba.
Zoila gritaba desesperada:
“No él no, él no. El no es el padre de mi hijo”...........

domingo, 16 de noviembre de 2008

Este rincón es mi refugio
donde mis versos
cual aves migratorias
huyen con el viento.


AGUA DE LLUVIA

Nadie tiene derecho
a causarte dolor
temprano amanecer
agua de lluvia
ventarrón de aromas

es tu piel porcelana
tu mirada la luz
y tu risa campana

nadie tiene derecho
a quebrantar tus sueños
ni a robarle a tus ojos
la alegría
ni el sonido a tu canto

¡Nadie!

Infancia

Amanecer que no vuelve
la risa de los árboles
el canto de la aurora
el grito de la noche

Agua alocada
Jugando con las piedras

Párpados en desvelo
adivinando duendes

Perseguir mariposas
Arrullar plumajes

Acostarse en la yerba
mirando en los azules
el mundo dando vueltas.